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No siempre es cólico: otras razones por las que tu bebé llora sin parar al final del día.

  • Foto del escritor: JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
    JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
  • 3 jun
  • 5 Min. de lectura
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Cuando el día se apaga y las luces bajan, muchos bebés suben el volumen. Y tú, que creías que lo tenías todo controlado, te ves otra vez con tu bebé en brazos, llorando sin consuelo. No es culpa tuya. Y no está roto. Es solo parte del viaje.


Las consultas de enfermería pediátrica no son solo momentos de medición, vacunas y seguimiento del peso. Son también espacios privilegiados para acompañar a las familias en los primeros meses de crianza, resolviendo dudas, desmontando mitos y validando emociones.

En los últimos años, han surgido o se han actualizado una serie de conceptos que todo profesional sanitario debería manejar al trabajar con lactantes. Son términos sencillos, pero cargados de significado, que ayudan a entender mejor el día a día de las familias. Y, sobre todo, nos permiten ofrecer herramientas prácticas, basadas en evidencia, para un acompañamiento respetuoso y actualizado.


1. Hora bruja: llanto sin explicación (pero con sentido)

Al final de la tarde, muchos lactantes atraviesan lo que llamamos "hora bruja": un periodo de llanto inconsolable, sin causa médica ni aparente. Tu bebé está limpio, ha comido y está en brazos... pero sigue llorando.

No es un capricho ni una señal de malestar grave. Es su sistema nervioso, inmaduro y saturado, intentando procesar el día. Como no sabe desconectar, llora.

Qué ayuda:

  • Ambiente tranquilo: luces suaves, sin pantallas, sin sobreestímulos.

  • Porteo, contacto, brazos.

  • Música suave o ruido blanco.

  • Validar sus emociones. No siempre hay que calmar; a veces, basta con acompañar.


2. Tummy time: boca abajo, despierto y contigo

Aunque el llanto llame más la atención, hay otras rutinas diarias que también afectan el equilibrio emocional y físico del bebé. Una de ellas es el tummy time, o tiempo boca abajo.

¿Qué es? Colocar al bebé boca abajo mientras está despierto y bajo supervisión. Desde los primeros días de vida, unos segundos al día pueden marcar la diferencia.

¿Para qué sirve?

  • Fortalece cuello, brazos y tronco.

  • Favorece el control de la cabeza.

  • Previene la plagiocefalia (cabeza "aplanada" por estar siempre boca arriba).

¿Cómo hacerlo?

  • Empieza sobre tu pecho.

  • Luego en una manta, con juguetes delante.

  • Aumenta progresivamente la duración.

Importante: nunca durante el sueño. Tummy time es para estar despiertos.


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3. Descarga emocional: llorar para soltar

Tu bebé no tiene palabras ni herramientas para procesar todo lo que siente en un día. El llanto es también una forma de liberar tensión acumulada. No siempre hay que buscar una causa. A veces, simplemente necesita desahogarse contigo cerca.


4. Oleada sensorial: todo fue demasiado

Un paseo largo, muchas visitas, una fiesta familiar o un centro comercial... Aunque tu bebé parezca tranquilo, su cerebro está absorbiendo y procesando sin parar. Al llegar a casa, todo explota. No es raro que tras un día "perfecto", la tarde sea caótica.

Solución: dar pausas sensoriales durante el día, respetar sus tiempos, ofrecer espacios de calma.

5. Señales de sueño: el arte de anticiparse

Cuando bosteza ya es tarde. La ventana ideal de sueño suele abrirse antes: mirada perdida, menos interacción, frotarse las orejas, pequeños quejidos. Si te anticipas, dormirá mejor y evitarás el sobrecansancio, que genera... más llanto.


6. Picos de crecimiento: comer más, dormir menos

En ciertos momentos, tu bebé va a pedir mamar o comer con mucha más frecuencia (cada hora incluso). Se llama cluster feeding o "tomas en racimo". No es hambre descontrolada, sino una forma natural de estimular tu producción o acompasar su crecimiento.


8.Salto de desarrollo o “regresión”

Fase donde el bebé, justo antes de adquirir una nueva habilidad (como girarse, balbucear o fijar la mirada), parece más irritable, duerme peor o llora más.

No es una regresión real, sino una reorganización interna: el sistema nervioso se está reprogramando. Frecuente en: Semanas 5, 8, 12, 19, 26, 37… según el modelo de leaps (saltos evolutivos).


7. No siempre puedes calmarle (y está bien)

Tu presencia, tus brazos y tu calma son suficientes, aunque el llanto no cese de inmediato. No te midas por la duración del llanto, sino por haber estado. No estás fallando: estás acompañando.


En resumen:

  • Llanto no siempre significa problema.

  • La tarde puede ser más difícil, y no es tu culpa.

  • Existen recursos sencillos (contacto, pausa, observación).

  • El desarrollo neurológico también pasa por momentos de caos.


¿Cómo actuar ante el llanto en estos episodios como norma general?

Lo más importante es mantener la calma y recordar que esto es una fase temporal. Tu bebé está bien y no le pasa nada grave. Aquí tienes algunas estrategias que pueden ayudarte:

  1. Mantén la calma tú: Tu estado de ánimo se transmite al bebé. Si te sientes estresado o ansioso, el bebé lo percibirá. Respira profundamente, tómate un momento si lo necesitas (pide ayuda si estás con otra persona) y recuerda que lo estás haciendo lo mejor posible.

  2. Ofrece contacto físico y seguridad:

    • Porteo: Muchos bebés se calman al sentir el calor, el latido del corazón y el movimiento de sus padres. Un portabebés ergonómico puede ser un gran aliado.

    • Piel con piel: Quítate la camiseta y acurruca a tu bebé sobre tu pecho. El contacto directo es muy reconfortante.

    • Brazos y mecer: Abrazarlo, mecerlo suavemente, caminar con él en brazos o en un cochecito. El movimiento rítmico suele ser muy calmante.

  3. Crea un ambiente tranquilo y relajante:

    • Reduce los estímulos: Baja las luces, disminuye el ruido, apaga la televisión. Un ambiente más tenue y silencioso puede ayudar al bebé a relajarse.

    • Sonidos suaves: Prueba con ruido blanco (una aplicación, un ventilador, una máquina de ruido blanco), música suave o tu propia voz cantando o susurrando.

    • Baño tibio: Un baño relajante antes de la "hora bruja" puede ayudar a tranquilizar al bebé y preparar su cuerpo para el descanso.

    • Masaje suave: Un masaje ligero en la barriga o en la espalda puede aliviar posibles gases y relajar al bebé.

  4. Revisa sus necesidades básicas (y algo más):

    • Hambre: Ofrece el pecho o el biberón, incluso si crees que no es hora. A veces, la succión en sí misma es un consuelo.

    • Pañal limpio: Asegúrate de que no tenga el pañal sucio o mojado.

    • Temperatura: Comprueba que no tenga ni frío ni calor.

    • Posición: Algunos bebés se calman al estar boca abajo sobre tu antebrazo con suaves masajes en la espalda (siempre bajo supervisión), o acurrucados de lado.

    • Chupete: Si usa chupete, ofrécelo. La succión no nutritiva es un gran consuelo para muchos bebés.

  5. Establece una rutina vespertina: Aunque el llanto sea impredecible, tener una rutina tranquila al final del día puede ayudar al bebé a anticipar lo que viene y sentirse más seguro. Esto puede incluir el baño, un masaje, un cuento, la última toma y luego a dormir.

  6. Previene el sobrecansancio:

    • Siestas adecuadas: Asegúrate de que tu bebé tenga siestas adecuadas durante el día. Un bebé demasiado cansado es un bebé más irritable.

    • Evita la sobreestimulación: Durante el día, intenta no "sobrecargar" al bebé con demasiadas actividades o un ambiente demasiado ruidoso o con mucha luz.

  7. Pide ayuda: Si te sientes abrumado o frustrado, no dudes en pedirle a tu pareja, a un familiar o a un amigo que te ayude a cargar al bebé un rato. Tomarte un pequeño descanso es vital para tu bienestar y para poder afrontar mejor la situación.


¿Por qué es importante conocer estos términos?

Porque nos permite traducir la experiencia del bebé y dar respuestas empáticas y basadas en evidencia. Cuando una madre o un padre entiende lo que le está pasando a su bebé, baja la ansiedad, mejora el vínculo y aumenta la confianza en el proceso de crianza.

Como profesionales de enfermería pediátrica, no solo damos vacunas y controlamos curvas de crecimiento. También somos una guía en uno de los momentos más intensos de la vida familiar.

Confía en ti. Estás haciendo más de lo que crees. Y tu bebé está aprendiendo contigo.


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