el niño que estalla
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- hace 3 días
- 4 Min. de lectura
¿No tienes tiempo?: Te lo resumo:
Hay niños que parecen tranquilos, responsables y “buenísimos”…porque pasan el día conteniendo.

No es neurodivergencia, ni trastorno, ni mala educación.Son rasgos temperamentales: sensibilidad alta, inhibición, autoexigencia, ventana emocional estrecha.
El estallido no es el principio: es el desenlace. Es la última gota de un día lleno de ruido, cambios y exigencias.
Philippa Perry lo explica así:El niño pasa el día “con el traje de niño perfecto puesto”, y al llegar a casa, donde se siente seguro, por fin puede soltar.
Contigo explota no porque te falte respeto, sino porque contigo puede derrumbarse.
En plena explosión no razona: su cerebro está en modo supervivencia.
Como padres, lo que más ayuda:
respira tú primero,
baja el ambiente (no al niño),
habla poco y despacio,
no eduques durante la explosión,
límites sin gritos,
repara después,
cierra con conexión.
Estos rasgos también existen en adultos: ie profesionalizan.
Se ven muchísimo en: ingenieros, informáticos, sanitarios, arquitectos, músicos, científicos, perfiles perfeccionistas.
Adultos que funcionan de maravilla…pero que se saturan con facilidad,piensan mejor en silencio,y se derrumban emocionalmente en casa después de sostener a medio mundo.
No es un niño difícil. Es un niño que siente más, guarda más y se desborda antes.
Lo que necesita es un adulto que pueda decirle:“No pasa nada, aquí puedes descansar.”
Muchos padres, al leer esto, dicen:“Ay… creo que estás describiendo a mi pareja. O a mí.”
Rasgos, no patologías.
Hay niños que parecen tranquilos, responsables y “buenísimos”… porque pasan el día conteniendo.
No es neurodivergencia, ni trastorno, ni mala educación.
Son rasgos temperamentales: sensibilidad alta, inhibición, autoexigencia, ventana emocional estrecha.
El estallido no es el principio: es el desenlace.
La última gota de un día lleno de ruido, cambios y exigencias.
Philippa Perry lo explica con una imagen poderosa:
El niño pasa el día “con el traje de niño perfecto puesto”.
Y al llegar a casa, donde se siente seguro, por fin puede soltar.
Explota contigo no porque te falte respeto, sino porque contigo puede derrumbarse.
En plena explosión no razona: su cerebro está en modo supervivencia.
🧩 Lo que más ayuda a los padres
• Respira tú primero.
• Baja el ambiente (no al niño).
• Habla poco y despacio.
• No eduques durante la explosión.
• Límites firmes, sin gritos.
• Repara después.
• Cierra siempre con conexión.
👩🔬 Rasgos que también vemos en adultos
Estos rasgos se profesionalizan.
Son comunes en ingenieros, sanitarios, arquitectos, músicos, científicos, perfiles perfeccionistas.
Adultos que funcionan de maravilla… pero que se saturan con facilidad, piensan mejor en silencio y se derrumban en casa después de sostener a medio mundo.
🌊 No es un niño difícil
Es un niño que siente más, guarda más y se desborda antes.
Lo que necesita es un adulto que pueda decirle:
“No pasa nada, aquí puedes descansar.”
Muchos padres, al leer esto, dicen:
“Creo que estás describiendo a mi pareja… o a mí.”
Son rasgos, no patologías.
🔎 Psicología y temperamento
• Thomas y Chess: niños “inhibidos” o “cautelosos”.
• Philippa Perry: after-school restraint collapse.
• Bronfenbrenner: el entorno importa tanto como el niño.
• Elaine Aron: alta sensibilidad.
• Daniel Siegel: ventana de tolerancia.
Todos coinciden: no es rebeldía, no es falta de límites.
Es temperamento.

🛠️ Guía práctica para momentos reales
1. Respira tú primero: Tu calma es su referencia. Si tú subes, él explota. Si tú bajas, él encuentra ancla.
2. Baja el ambiente, no al niño: Menos ruido, menos luz, menos prisa.A veces un cambio de habitación obra milagros.
3. Habla poco y despacio. Frases cortas:
“Estoy aquí.”
“Ya pasa.”
“Respiramos.”
No preguntas largas. No sermones. No lecciones.
4. No eduques durante la explosión: Educarás después.Ahora solo acompañas.
5. Límites firmes sin gritos: “No te dejo pegar.”“No te voy a dejar que te hagas daño.”“Estoy contigo.”
6. Contacto solo si él lo quiere: “¿Quieres que te abraceo prefieres que esté aquí cerquita sin tocarte?”
7. Después del estallido: reparar: Cuando ya está tranquilo:
poner palabras,
entender qué lo saturó,
anticipar,
enseñar alternativas.
8. Cerrar siempre con conexión; Los niños sensibles se quedan con culpa.Díselo:
“Aunque te enfades muchísimo, te quiero igual.”
“Lo arreglamos juntos.”
9. Busca patrones (hambre, ruido, prisa…): ¿Pasa siempre al salir del cole?¿Con el hambre?¿Con la prisa?¿Con el exceso de ruido?
Patrón detectado = prevención garantizada.
10. Cuida tu propio sistema nervioso: Acompañar explosiones agota. No falla quien se cansa: falla quien se rinde.
🌟 Mensaje final
No lo patologices.
No lo llames problema.
Llámalo temperamento.
Niños que parecen tranquilos por fuera… pero por dentro hacen malabarismos sin red.
Y cuando por fin estallan, lo que nos dicen es simple:
“Ya estoy a salvo. Ahora puedo derrumbarme.”
EN RESUMEN
El niño que estalla no es un niño difícil. Es un niño que siente el mundo con más volumen…y lo aguanta todo hasta que ya no puede más.
Necesita menos juicio y más lectura fina.Menos “tienes que portarte bien” y más “entiendo que hoy te ha superado”.Menos castigo y más acompañamiento.Menos prisa y más presencia.
Porque un niño que vive conteniendo…solo necesita un adulto que le diga:
“No hace falta que seas fuerte todo el tiempo.Aquí puedes descansar.”



Comentarios