¿Por qué los pediatras somos tan pesados con las pantallas?
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 3 nov
- 4 Min. de lectura
Lo que dijo Byung-Chul Han sobre el smartphone… y lo que pasa en casa con tus hijos.

No tienes tiempo Te lo resumo
Solo un ratito más…”
En muchas casas, esa frase se repite como un mantra al final del día. Tablet en mano, vídeo tras vídeo, notificación tras notificación. Parece inofensiva, incluso necesaria para “que estén entretenidos mientras…”. Pero mientras ellos se entretienen, su cerebro — todavía en construcción — acepta estímulos rápidos, saltos constantes, cambios abruptos.
No es una guerra contra la tecnología. Es una defensa del cerebro y de la emoción de los niños.Las pantallas no son el problema: el exceso, la falta de límites y la hiperconexión sí lo son.
Aquí te explico los efectos en el uso de pantallas y una miniguía de tiemo de uso
🧠 Una libertad que no lo es tanto
Byung-Chul Han, filósofo y Premio Princesa de Asturias 2025, lo explicó muy bien:
“Ya no usamos el smartphone, él nos usa a nosotros.”
Y tiene razón.
El filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han —Premio Princesa de Asturias 2025— dijo en su discurso que vivimos una libertad aparente: creemos manejar nuestros dispositivos, pero en realidad somos herramientas del smartphone.El teléfono, las redes, las apps y la IA no nos ordenan qué hacer…simplemente nos mantienen conectados para que sigamos haciendo.
Han no habla solo de tecnología: habla de una forma de vida. De una cultura que confunde libertad con disponibilidad, conexión con presencia y rendimiento con valor.Y aunque sus ensayos están pensados para adultos, sus palabras describen con precisión lo que hoy observamos en la infancia.
🧒🏻 Los niños también se cansan
Hoy muchos niños no paran ni un minuto.Saltan de vídeo en vídeo, de tarea en tarea, de estímulo en estímulo.Y su cerebro, que todavía está en desarrollo, acaba saturado.
El problema no es que usen pantallas, sino cómo y cuánto las usan: sin pausas, sin límites, sin acompañamiento.
Lo que está en juego: la emoción
Las pantallas no solo ocupan tiempo: ocupan lugar emocional.Sustituyen miradas, risas, silencios, conversaciones.Y sin esos micro-momentos cotidianos, el cerebro infantil no aprende a regularse.
Los niños necesitan que alguien les ayude a sostener la emoción — no que una pantalla la tape.Necesitan aburrirse, frustrarse, esperar.Porque en esa espera, el sistema emocional madura.
Byung-Chul Han diría que el exceso de estímulo no solo agota la mente,sino que atrofia la capacidad de sentir con profundidad.Y eso, en la infancia, es una herida silenciosa.
⚠️ Efectos del uso excesivo de pantallas en niños
🗣️ Lenguaje
Retraso en la aparición de palabras y frases.
Menor vocabulario y comprensión.
Menos conversaciones con adultos.
Cuando el tiempo frente a la pantalla sustituye la interacción real, el lenguaje se estanca. Los niños aprenden a hablar hablando, no mirando.
🎯 Atención y concentración
Dificultad para mantener la atención.
Necesidad constante de estímulos rápidos.
Les cuesta esperar o aburrirse.
El cerebro se acostumbra a cambios constantes y pierde tolerancia a la calma.Por eso, después de jugar con una tablet, muchos niños no logran concentrarse en clase o en un libro.
😠 Emociones y comportamiento
Más irritabilidad y frustración.
Reacciones exageradas cuando se les quita la pantalla.
Dificultad para regular emociones sin apoyo externo.
Las pantallas activan circuitos de recompensa muy potentes. Cuando se apagan, el cerebro reclama esa dosis de estímulo, y eso se traduce en rabietas o enfado.
🌙 Sueño
Dificultad para dormirse.
Menos horas y peor calidad de sueño.
Cansancio y mal humor durante el día.
La luz azul de los dispositivos retrasa la producción de melatonina, y el cerebro tarda más en desconectar.
🧍♂️ Motricidad y salud física
Menos tiempo de juego libre y movimiento.
Aumento del sedentarismo y del riesgo de sobrepeso.
Posturas mantenidas que afectan cuello y espalda.
El cuerpo también se resiente: pasar mucho tiempo sentado reduce la actividad física y la coordinación.
🤝 Relaciones sociales
Menor contacto visual y empatía.
Más dificultad para leer gestos o tonos de voz.
Riesgo de aislamiento o comparación constante.
Las relaciones digitales no sustituyen el contacto humano.Los niños que pasan más tiempo en pantallas interactúan menos cara a cara, y eso afecta su desarrollo social y emocional.
💬 Entonces, ¿qué hacemos?
No se trata de prohibir pantallas, sino de usar con criterio. La clave está en el acompañamiento y en enseñar a los niños a tener control, no dependencia.

🧭 Guía práctica de uso de pantallas por edades
👶 0–2 años
Evitar pantallas. Lo que necesitan son voces, contacto y juego real.
Videollamadas familiares: sí, pero breves y con interacción.
👧 2–5 años
Máximo 1 hora al día, contenido adaptado y siempre acompañados.
Nada de pantallas durante comidas ni antes de dormir.
👦 6–9 años
Hasta 1,5 horas diarias.
Acordar horarios y zonas sin pantallas (mesa, dormitorio).
Supervisar lo que ven y hablar sobre ello.
👩💻 10–14 años
Máximo 2 horas.
Empezar a hablar de redes sociales, privacidad y bienestar digital.
Sin móviles en la habitación de noche.
🧑 15–18 años
Negociar más que prohibir.
Hablar sobre comparación, redes y autoestima.
Fomentar ocio real y descanso digital.
❤️ En resumen
Los niños no están “enganchados” porque quieran,están saturados de estímulos y cansados de rendir sin parar.
Las pantallas pueden enseñar y entretener, pero también pueden robar tiempo de juego, conversación y descanso.Por eso los pediatras insistimos tanto: no porque queramos volver al pasado, sino porque sabemos lo que pasa cuando un cerebro infantil no tiene tiempo para desconectar.
Recomendaciones reales
Acompañar: ver la pantalla con ellos, hablar sobre lo que ven.
Zonas sin pantallas: antes de dormir, en la mesa, en el coche.
Contenido activo > pasivo: mejor crear que observar sin fin.
Pausa digital: actividades sin pantalla, sin estímulo externo constante, aburrimiento sano.

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