“No es cosa del pasado: el sarampión ha vuelto"

Una alerta silenciosa que vuelve a tomar fuerza

Durante años, el sarampión parecía una enfermedad del pasado, una de esas que solo se leían en libros de medicina o en los manuales de enfermedades erradicadas gracias a la vacunación. Sin embargo, hoy vuelve a aparecer en las noticias, en los informes epidemiológicos… y en las salas de espera.

En las últimas semanas, se han notificado brotes activos de sarampión en diferentes puntos de Europa, y también en España, especialmente en comunidades con coberturas vacunales bajas o población migrante no vacunada. Cataluña no es ajena a esta realidad. Según datos de la Agència de Salut Pública de Catalunya (Gencat), se han reforzado las recomendaciones de vacunación para personas no inmunizadas, nacidas antes del año 1981 o sin historia vacunal clara.

Además, durante el verano muchas familias de origen magrebí viajan a Marruecos, un país actualmente afectado por un brote masivo con miles de casos y fallecimientos. Estos viajes, cargados de valor emocional y cultural, pueden convertirse en vías de reintroducción viral si no se acompaña de una adecuada verificación vacunal previa.

Y no es el único contexto de riesgo: los grandes movimientos de población en aeropuertos, estaciones de tren, conciertos, playas o festivales aumentan la exposición en espacios cerrados o densamente concurridos. Recordemos que una sola persona con sarampión puede contagiar a decenas en estas condiciones.

¿Estamos preparados para reconocerlo?

Como pediatra, recuerdo perfectamente el último caso de sarampión que vi personalmente, durante la epidemia de Tarragona de hace ya bastantes años. Desde entonces, nada… hasta ahora. Muchos profesionales jóvenes, tanto en atención primaria como en urgencias, nunca han visto un caso real de sarampión, y eso plantea una preocupación real: ¿sabemos diagnosticarlo cuando aparece delante?

El sarampión puede confundirse fácilmente con otras viriasis comunes. Su fase prodrómica con fiebre alta, conjuntivitis, rinorrea y tos no tiene nada de especial… hasta que aparece el exantema maculopapular progresivo, las manchas de Koplik, y el deterioro del estado general. Pero si no se piensa en sarampión, no se busca. Y si no se busca, se puede pasar por alto.

Contagiosidad extrema y riesgo comunitario

El virus del sarampión es uno de los más contagiosos que existen: su tasa de contagio (R0) puede llegar a 12-18, mucho mayor que la del COVID. Se transmite por vía aérea, y una persona puede contagiar incluso cuatro días antes y hasta cuatro días después de la aparición del exantema. En ambientes cerrados como salas de espera, colegios o consultas, una sola persona puede infectar a decenas si no se toman medidas.

Por eso, Gencat y otras autoridades recomiendan:

• Verificación del estado vacunal en cualquier persona nacida después de 1970 sin historia clara de vacunación.

• Vacunación inmediata con triple vírica (TV) en caso de contactos estrechos no vacunados.

• Aislamiento domiciliario de los casos sospechosos y confirmados.

Brote tras concierto de Shakira: una alerta desde lo cotidiano

El 15 de mayo, una persona con sarampión asistió al multitudinario concierto de Shakira en el MetLife Stadium (New Jersey), donde se congregaron más de 82.000 personas. Las autoridades sanitarias emitieron una alerta recomendando vigilancia de síntomas hasta el 6 de junio en asistentes no vacunados o con inmunización incierta. A día de hoy no se han confirmado casos secundarios, pero el evento sirve de recordatorio de cómo una única exposición en un entorno masivo puede convertirse en un foco de transmisión comunitaria.

Contexto global

• EE.UU.: Más de 1.000 casos confirmados en 31 estados, siendo Texas el epicentro con más de 720 afectados. La mayoría en comunidades no vacunadas.

• Marruecos: Más de 25.000 casos sospechosos y 13.700 confirmados desde 2023. Al menos 184 fallecidos. Brote activo.

• Málaga (España): 11 brotes registrados en 2025, uno importado desde Marruecos.

• Bélgica: Detección de genotipo D8 en aguas residuales de Bruselas, señalando circulación oculta.

Recomendaciones para viajeros internacionales

Según las últimas recomendaciones de la Generalitat de Catalunya (Gencat):

En caso de estancia prevista en países con brotes activos y/o transmisión del virus autóctona (igual que ante la exposición a un caso o situación de brote), y de manera justificada tras una valoración adecuada del riesgo, se deben seguir las siguientes pautas:

• En lactantes: se debe valorar la administración de una dosis de vacuna entre los 6 y los 11 meses. No obstante, esta dosis no contará como válida para la pauta oficial, por lo que será necesario administrar una nueva dosis a partir de los 12 meses.

• En población infantil: se debe adelantar la segunda dosis, siempre que hayan transcurrido al menos 4 semanas desde la primera (y que esta se haya administrado después de los 11 meses).

• Se debe revisar el calendario de vacunaciones de todas las personas que vayan a desplazarse a países o zonas con brotes activos.

Estas recomendaciones responden al aumento global de casos y al riesgo real de reintroducción del virus en Cataluña durante los meses de mayor movilidad internacional.

• Verificar vacunación (2 dosis de MMR) antes de viajar a zonas con brotes activos o con alta concentración de personas (festivales, peregrinaciones, viajes a Marruecos, etc.).

• Monitorear síntomas tras el regreso: fiebre, tos, conjuntivitis o exantema.

• Evitar acudir presencialmente a centros sanitarios si se sospecha sarampión. Contactar antes por teléfono.

• Aislamiento estricto: desde cuatro días antes hasta cuatro días después del exantema.

Conclusión: volver a mirar con ojos clínicos

El sarampión ha vuelto, aunque sea tímidamente. Y no, no es una enfermedad del pasado. Su reaparición es una llamada de atención para que los profesionales volvamos a mirarlo con ojos clínicos y lo tengamos presente en el diagnóstico diferencial de cualquier exantema febril.

También es una oportunidad para educar a las familias, recuperar coberturas vacunales, y recordar que el mayor riesgo no es el virus en sí, sino dejar de pensar en él.