🦠 “Es un virus”… pero ¿cuál?
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 23 oct
- 3 Min. de lectura
TL;DR
En invierno, los niños se convierten en coleccionistas de virus: hay más de 25 campeones del moco y la tos esperando turno. Saber cuál es no cambia el tratamiento, pero entender cómo funcionan sí cambia tu paciencia. Hidratación, suero y humor: la receta infalible.

❄️ Temporada alta de mocos
Empieza el frío, bajan las persianas, sube la calefacción… y los virus salen de fiesta. Las guarderías se transforman en mini festivales biológicos, con niños compartiendo gérmenes con la misma ilusión con la que tú compartes memes de cansancio parental.
Y entonces llega la pregunta clásica en la consulta:
—Doctor, ¿qué tiene?—Un virus.—¿Pero cuál?—El de la semana.
No es evasiva. Es ciencia, paciencia… y un poco de resignación.
🧾 Los 25 sospechosos habituales
Porque sí, hay muchos, y algunos suenan a reparto de La que se avecina viral edition:
🔹 Los clásicos del invierno
VRS: El rey de las bronquiolitis (y de las noches sin dormir).
Gripe (Influenza A y B): Fiebre, dolor y sofá obligatorio.
Rinovirus: El del catarro eterno.
Adenovirus: fiebre, mocos y conjuntivitis.
Coronavirus estacionales y SARS-CoV-2: El de siempre… y el nuevo.
Parainfluenza (1–4): Tos de perro, voz de Darth Vader.
Metapneumovirus: primo del VRS, igual de insistente.
Enterovirus: boca, manos, pies y paciencia limitada.
Bocavirus: tos que no se jubila.
Norovirus – Gastro familiar express.
🔹 Los secundarios, peroactivos.
Echovirus: Fiebre y erupciones varias.
Citomegalovirus: fiebre larga, ganglios y misterio.
Epstein-Barr (mononucleosis): fiebre, cansancio y ganglios XXL.
Sarampión: El vintage que vuelve si bajan las vacunas.
Rubéola: Leve, pero igual de contagiosa.
Varicela-zóster: Ampollas y picores: el clásico infantil.
Herpes simple tipo 1: Llagas y fiebre de estreno.
Rotavirus: diarrea a modo de entrenamiento para padres.
Parechovirus: Fiebre sin foco, sobre todo en bebés.
Poliomavirus KI/WU: Leves, pero en la lista.

🔹 Los discretos o emergentes
Influenza C: El primo tranquilo de la gripe.
Coronavirus HKU1, NL63, OC43, 229E: cuatro nombres, mismos mocos.
Parotiditis (paperas): Mejillas infladas y nostalgia de los 90.
Hepatitis A: No respiratorio, pero estacional.
Citomegalovirus (CMV): El discreto que siempre ronda.
🧪 ¿Y no se puede saber cuál tiene?
Sí, claro. Se puede hacer una PCR múltiple y ponerle nombre y apellido al virus… pero eso cuesta, tarda y (salvo casos graves o ingresos) no cambia el tratamiento. La mayoría se manejan igual:
💧 Hidratación.
💨 Lavados nasales (sí, otra vez).
🌡️ Antitérmicos si hay fiebre.
💤 Descanso, mimos y paciencia.
Así que cuando el pediatra dice “es un virus”, no es que no sepa. Es que sabe demasiado.
🤧 “Lleva tres meses resfriado”.
No, no vive enfermo. Vive inmunizándose. Los niños pueden tener 8 a 12 infecciones virales al año. Cada una dura unos 7-10 días, y entre una y otra… apenas descansan. No es debilidad, es entrenamiento de su sistema inmune. Y sí, el tuyo también se fortalece (aunque con más ojeras que anticuerpos).
🚨 Cuándo sí preocuparse
Acude a tu pediatra si:
La fiebre dura más de 3 días.
Respira rápido o con esfuerzo.
Rechaza líquidos o está decaído.
Tos o síntomas que empeoran tras mejorar.
Confía en tu instinto dice “esto no me gusta”.
Los padres tienen un radar infalible. Úsalo.
🧤 El lado bueno del caos viral
Cada moco, cada tos y cada noche en vela entrenan la inmunidad. El cuerpo aprende, se adapta y se hace más fuerte. Y tú… aprendes a distinguir tipos de tos como si fueran timbres de puerta.
Así que la próxima vez que escuches “es un virus”, respira hondo, abre el suero y recuerda: el invierno pasará, los virus también. Y el sentido del humor… que no falte.



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