Demasiado intensos para encajar: ¿y si solo fueran diferentes?
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 6 jun
- 4 Min. de lectura

“Muchos problemas del mundo existen porque seguimos pensando igual que siempre.”— Edward de Bono
Hay niños que piensan distinto, sienten distinto… y eso, en lugar de celebrarse, suele preocupar. En la consulta llegan como “niños intensos”, “con demasiada energía”, “que todo se lo toman a pecho”. Algunos traen sospechas de TDAH. Otros, diagnósticos de ansiedad. Muchos, solo una enorme confusión.
Pero si miramos más de cerca, veremos que lo que tienen no es un problema, sino un cerebro que funciona de forma no lineal, emocionalmente profunda y creativamente intensa.
Esta forma de ser encaja a la perfección con la filosofía de Edward de Bono, quien defendía que pensar diferente no es un error, sino una evolución necesaria. Nos cuesta entender a estos niños porque nos cuesta pensar como ellos. Y, sí: a veces eso nos hace sentir fuera de lugar. Un poco frikis. Y qué bien.
🌟 Altas Capacidades Intelectuales: no es solo ser listo
Las ACI no son sinónimo de éxito escolar ni de “niños genio”. Son una forma diferente de procesar la información, con una velocidad y una profundidad que superan lo habitual para la edad.
Características frecuentes:
Curiosidad insaciable, pensamiento complejo desde muy pequeños.
Lenguaje avanzado y sentido del humor agudo.
Interés por temas abstractos, éticos o existenciales.
Aburrimiento escolar o problemas de adaptación si no hay reto intelectual.
Hiperexigencia consigo mismos.
Sensación persistente de no encajar con sus iguales.
Muchos de estos niños no brillan académicamente. Se frustran, se aíslan, se rebelan. No por falta de capacidad, sino por exceso de incomprensión.
🌛 Alta Sensibilidad Emocional: sentirlo todo, todo el tiempo

La ASE no es un trastorno, sino un rasgo temperamental. Se estima que entre un 15% y un 20% de la población lo presenta. Estos niños perciben más, sienten más y procesan más profundamente todo lo que viven.
Características frecuentes:
Reacciones emocionales intensas ante estímulos leves.
Alta empatía, incluso con animales o personas que apenas conocen.
Dificultades para gestionar cambios, tensiones o ambientes ruidosos.
Necesidad de rutina, seguridad y calma.
Tendencia a rumiar pensamientos o anticipar situaciones.
En una sociedad que valora la rapidez, la fuerza y el control emocional, ser sensible puede ser un reto. Pero también un don.
🔥 ¿Y qué pasa con la desregulación emocional?
No es un diagnóstico clínico, pero sí una realidad cotidiana. Muchos niños no logran gestionar la intensidad de lo que sienten: explotan, se bloquean, se desbordan.
¿Cómo se manifiesta?
Llanto desconsolado ante situaciones pequeñas.
Explosiones de ira que parecen desproporcionadas.
Retraimiento o fuga emocional ante el estrés.
Dificultad para calmarse sin ayuda externa.
¿Qué necesitan?
Adultos regulados que no interpreten como “mal comportamiento” lo que en realidad es incapacidad temporal para autorregularse.
Rutinas, entornos seguros, nombres para las emociones.
Acompañamiento. No juicio.
Detrás de cada explosión emocional, hay una emoción que no pudo ser comprendida ni contenida a tiempo.
🔁 Cuando se combinan: intensidad al cuadrado
Mente veloz, corazón expuesto. Niños con ACI y ASE a la vez no solo piensan distinto: sienten distinto y necesitan más acompañamiento emocional que instrucción académica.
Algunos padres se preguntan: “¿Será demasiado sensible?” — No. Es intensamente humano.
👨👩👧 ¿Y los padres? ¿Qué pueden hacer?
Aceptar sin corregir la esencia de su hijo.
Hablar con profundidad, no con frases vacías.
Acompañar la emoción, no reprimirla.
Dar tiempo y calma, no solo ocupación.
Buscar entornos y profesionales que comprendan, no que encajen a la fuerza.
Cuidarse también a uno mismo, porque criar a un niño intenso también desregula.
A veces solo necesitan que los miremos como lo que son: intensos, complejos… y extraordinarios.
💡 Si Edward de Bono fuera pediatra…
…probablemente no te daría un diagnóstico. Te daría una pregunta.
“¿Y si este niño no viniera a adaptarse al sistema… sino a enseñarnos que el sistema debe cambiar?”
Pensar diferente no es una amenaza. Es una oportunidad. Pero para verla, tenemos que educar nuestra mente para pensar de forma nueva, aunque a veces eso nos convierta en frikis, bichos raros o incómodos.
Porque, como decía De Bono:“La mente que se estira con una nueva idea jamás volverá a su forma original.”
🤫 Y ahora, os contaré un secreto
En un post anterior os decía que una de mis palabras favoritas es tranquilos.Pero hoy os confieso algo más personal: yo también soy TDAH. Mi cabeza no para. Cuando pienso… soy peligroso: me salen un montón de ideas, muchas difíciles de llevar a cabo, pero casi siempre proyectadas a 3 o 5 años vista, con visión analítica y creativa.
Y sí… eso a veces me hace parecer un poco friki. Porque la gente no lo entiende.Porque pensar diferente, sentir distinto o ir dos pasos por delante no siempre es cómodo —ni para uno mismo ni para los demás—. Pero es real. Y también es valioso.
Por eso escribo esto. Para que otros niños no crezcan sintiendo que su mente es “demasiado”.Para que otros padres no se sientan solos.Y para recordar que, en este mundo tan ruidoso, los pensamientos distintos merecen más espacio, no menos.



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