Colecho: entre la cuna, la cama y la ciencia. ¿A quién escuchar?
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- hace 4 días
- 4 Min. de lectura

Dormir con nuestros hijos es una de esas decisiones que no deja indiferente a nadie. Para algunos padres, el colecho es sinónimo de vínculo, calma y lactancia más sencilla. Para otros, se asocia a riesgos y a la amenaza de la muerte súbita del lactante (SMSL).
Lo cierto es que no existe una única respuesta correcta. Depende de dónde miremos: en EE. UU., en Europa, en la consulta de una matrona o en los círculos de crianza más naturistas, las recomendaciones cambian. Y la neurociencia, cada vez con más estudios, también aporta su visión.
Vamos a recorrer juntos este mapa del colecho.
1. La Academia Americana de Pediatría (AAP): máxima seguridad
La AAP es clara y tajante:
No recomienda el colecho en la misma cama en ningún momento del primer año.
Sí recomienda el room-sharing (compartir habitación, pero no colchón), al menos hasta los 6 meses, mejor hasta los 12.
Sus reglas de oro:
Bebé boca arriba, sobre superficie firme, sin mantas, cojines ni peluches.
Nunca en sofás o sillones.
Nunca con padres fumadores, bajo alcohol, drogas o medicación sedante.
👉 En resumen: sí a dormir cerca, pero no en la misma cama.
2. Europa: pragmatismo y prevención
Las guías europeas (NICE, CESDI, AEP, sociedades nórdicas) reconocen un hecho: muchas familias colechan, aunque se desaconseje. Por eso no se centran en prohibir, sino en enseñar cómo hacerlo de forma más segura.
Sus pautas principales:
Evitar colecho en bebés de riesgo (prematuros, bajo peso, padres fumadores, alcohol o drogas).
Nunca en sofás, sillones ni colchones blandos.
Recomiendan cunas tipo sidecar como opción intermedia.
👉 En resumen: si ocurre, que sea seguro.
3. Las matronas: acompañar la realidad
Las matronas, que acompañan a las familias desde el posparto, suelen adoptar un enfoque realista y práctico:
Valoran el colecho porque facilita la lactancia y refuerza el vínculo.
Reconocen que muchas madres terminan colechando “sin querer” a las 3 de la mañana, cuando el cansancio pesa más que la teoría.
Por eso enseñan a hacerlo de manera segura: boca arriba, a la altura del pecho, sin mantas pesadas, con cuna sidecar.
👉 En resumen: menos prohibir, más enseñar.
4. Las corrientes naturistas y de crianza con apego: el colecho como necesidad
En los entornos más naturistas o de crianza con apego, el colecho no es un debate, es un pilar:
Se considera biológicamente natural: los bebés son mamíferos y buscan dormir pegados a la madre.
Se defiende como clave para la lactancia materna, la regulación fisiológica y la seguridad emocional.
Se critica la visión de la AAP como excesivamente “medicalizada” y basada en el miedo.
No se establecen plazos: el colecho se mantiene hasta que el niño (y la familia) decidan de forma natural.
👉 En resumen: el colecho no es un riesgo a gestionar, sino una necesidad biológica a respetar.
5. Lo que dice la neurociencia del colecho
Los estudios del sueño y del apego añaden una mirada fascinante:
Regulación fisiológica: madre y bebé sincronizan parte de sus ciclos de sueño; el bebé tiene más microdespertares, lo que puede proteger frente al SMSL.
Lactancia y vínculo: El colecho aumenta la frecuencia de tomas nocturnas y la duración de la lactancia, con beneficios demostrados para el neurodesarrollo.
Sueño y maduración cerebral: Aunque el sueño es más fragmentado, eso ayuda al sistema nervioso del bebé a madurar de forma progresiva y segura.
Estrés y apego: El contacto reduce el cortisol del bebé y fortalece el apego seguro.
👉 En conclusión, la neurociencia ve el colecho como una herramienta de regulación y vínculo, siempre que se practique con seguridad.
6. ¿Hasta cuándo colechar?
AAP: nunca en la misma cama; room-sharing hasta los 6–12 meses.
Europa: Más seguro a partir de los 6 meses; no fijan límite, lo dejan en manos de la familia.
Matronas: Mientras sea seguro y funcional; después del año, el debate es más de descanso y autonomía que de seguridad.
Naturistas: No hay plazos; se respeta la autonomía progresiva del niño.
7. ¿A quién hago caso, doctor?
Esta es la pregunta estrella en consulta. La respuesta: no se trata de obedecer ciegamente a nadie, sino de tomar decisiones informadas y conscientes.
Si buscas seguridad máxima, sigue las guías AAP.
Si buscas conciliar lactancia y descanso, toma las pautas europeas y de matronas.
Si buscas naturalidad y apego, escucha tu instinto y la visión naturista.
8. Reglas universales de seguridad
Independientemente del modelo, hay cinco puntos en los que todos coinciden:
Bebé siempre boca arriba.
Superficie firme y plana.
Nada de cojines, mantas pesadas ni peluches.
Nunca en sofás ni sillones.
Nunca con alcohol, tabaco, drogas o medicación sedante.
Conclusión
El colecho no es blanco o negro. Ni todo riesgo, ni todo beneficio. En EE. UU. se prioriza la seguridad extrema; en Europa, el realismo; las matronas aportan acompañamiento; las corrientes naturistas lo entienden como necesidad; y la neurociencia muestra cómo el contacto nocturno regula cuerpo y emociones.
La clave no está en a quién obedecer, sino en qué encaja con tu familia sin perder de vista la seguridad.
Dormir cerca de tu hijo puede ser un gesto de apego, de supervivencia nocturna o de tradición cultural. Lo importante no es tanto el dónde, sino el cómo: con información, conciencia y seguridad.
👉 Y tú, ¿has colechado? ¿Fue alivio, miedo… o un poco de ambos?
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