¿Y si No Sigo la Norma? La Crianza con Reflexión, Dudas y Decisiones Propias
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 10 jun
- 4 Min. de lectura
Los que me seguís ya sabéis que aquí no se habla de lo mismo que en otros blogs. No repito ideas recicladas ni simplemente recojo tendencias. Lo que yo comento es para haceros pensar, dialogar e intentar daros otro punto de vista, uno con el que podéis estar o no de acuerdo, pero que al menos os sirva para cuestionaros cosas.
Si en algún momento alguien en vuestra familia dice "¡Fíjate lo que ha escrito este tío!", habré cumplido mi propósito. Porque la crianza no es solo seguir normas heredadas o hacer lo que dicta la mayoría: es reflexionar, ajustar y decidir con criterio.
En este artículo vamos a hablar de crianza a contracorriente. No como una simple rebelión contra lo establecido, sino como una forma consciente de criar, basada en el análisis, la información y la capacidad de elegir con fundamentos.
Si alguna vez has sentido que ciertas recomendaciones no encajan contigo, si has tenido dudas sobre lo que “se supone” que debes hacer o si simplemente quieres explorar un enfoque distinto, este texto es para ti.
🤯 Lo sé… pero no quiero hacerlo así
Quizá tu pediatra te recomienda una pauta horaria estricta, pero tú has decidido dar pecho a demanda. Quizá tu madre te dice que no lo cojas en brazos porque “se acostumbra”, pero tú sientes que necesita consuelo. Quizá tu entorno te exige firmeza, pero tú estás intentando practicar una crianza más respetuosa, incluso con tus propios errores.
Y ahí surge el conflicto: cuando tu intuición o tus valores colisionan con lo que otros te dicen que “deberías hacer”.
👣 La crianza a contracorriente no es rebeldía gratuita. Es conciencia activa.
No es una moda. No es hacer lo contrario por capricho. Es decir: “Gracias por tu consejo… pero he investigado, me he informado, lo he pensado, y he decidido hacerlo distinto.”
Es negarse a repetir patrones que dolieron. Es preguntarse si eso que se hizo “toda la vida” funcionaba, o solo sobrevivíamos a ello. Es criar con más preguntas que certezas. Y aun así, seguir.
💡 ¿Estoy criando con criterio propio o siguiendo una moda?
Vivimos tiempos de abundancia. Abundancia de información, de consejos, de estilos de crianza, de cuentas en redes que prometen “la fórmula” para educar sin errores. Pero en medio de tanto ruido, surge una pregunta incómoda y necesaria:
"¿Esto que hago con mi hijo… lo he elegido yo o lo estoy copiando?"
Y no pasa nada por hacérsela. De hecho, es sano. Porque criar con libertad no es hacer lo contrario de lo que te dijeron tus padres, ni repetir lo que viste en Instagram. Es elegir con conciencia, no por contagio.
📏 Moda no es siempre malo. Pero ojo si es lo único.
Portear, hacer BLW, practicar colecho, usar lenguaje positivo, establecer rutinas… Muchos de estos enfoques tienen evidencia detrás. Otros, no tanta, pero tampoco hacen daño si se aplican bien.
El problema no es la moda. El problema es:
Hacerlo todo sin entender el porqué.
Sentirse culpable si no lo haces “como se lleva ahora”.
Criticar a quien lo hace diferente como si fuera un crimen.
🧐 ¿Criterio propio? Estas son sus señas de identidad:
Has investigado, leído y contrastado.
Has observado a tu hijo.
Lo haces porque encaja con tus valores, no con lo que opina la tribu digital.
Estás dispuesto a cambiar si no funciona.
🚩 ¿Moda pasajera? Estas pistas pueden ayudarte a identificarla:
Sientes ansiedad por no hacerlo como “la cuenta que sigues”.
Te parece que todo el mundo lo hace menos tú.
No sabes bien por qué lo haces, solo que “es lo mejor”.
Juzgas automáticamente a quien elige distinto.
Te aferras a ello incluso cuando no está funcionando.
🛌 Ser coherente no es ser perfecto
Tal vez diste teta con el primero y bibe con el segundo. Tal vez colechaste una temporada y luego necesitaste tu espacio. Tal vez empezaste con BLW y acabaste con papilla.
No eres incoherente. Eres real. Adaptarse no es ceder: es cuidar con inteligencia emocional.
👨⚕️ ¿Y qué pasa cuando tu pediatra no está de acuerdo?
Aquí es donde me pongo la bata. Y te hablo desde mi lugar como pediatra.
Sí, soy un profesional de la salud. Sí, trabajo desde la evidencia científica. Pero también te respeto como madre o padre. Respeto tus decisiones, aunque no siempre las comparta. Respeto tu proceso, aunque la ciencia me diga otra cosa.
Eso sí, y aquí voy a ser claro:
Con lo que no estoy de acuerdo —ni voy a pactar— es con discursos que niegan la ciencia.
No pactaré con el terraplanismo emocional que dice que las vacunas son veneno.
No validaré teorías sin base que criminalizan la lactancia materna o que promueven dietas peligrosas en la infancia.
No callaré cuando veo que una decisión pone en riesgo la salud de un niño.
Porque ahí, ya no hablamos de estilo de crianza. Hablamos de salud pública, de ética médica, de responsabilidad.
🚩 Ser pediatra no es ser complaciente
Mi prioridad es la salud de su hijo, y no puedo avalar decisiones que contradigan lo que sabemos sobre la protección infantil. Estoy aquí para guiarlos, pero no para validar algo que ponga en riesgo su bienestar.
Puedo acompañarlos en el proceso y resolver todas sus dudas, pero hay decisiones que deben tomarse con base en la mejor evidencia disponible, no en preferencias personales.
Porque, al final, más allá de cualquier preferencia o debate, siempre defenderé al menor.
Y a las enfermeras y colegas, que esto también os sirva en vuestras revisiones del niño sano. Porque no todo está en los protocolos: el diálogo, la observación y el criterio profesional son claves para acompañar a las familias en decisiones informadas y responsables.
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