No sabía que mi debilidad era mi fortaleza
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 5 ago
- 3 Min. de lectura

Cuando ser diferente duele... pero también salva
Esta mañana, mientras hojeaba el periódico, me encontré con una viñeta de Olaf el Terrible que me detuvo en seco.
En ella, uno de los soldados más escuálidos y temerosos del ejército —sí, ese que nadie elegiría en su equipo de rugby escolar— está rodeado por enemigos que lo apuntan con sus lanzas. Asustado, temblando, dice:
“Creo que tengo ganas de vomitar…”
Y entonces, como en un giro inesperado de guion… ¡los enemigos huyen despavoridos!
Él se queda solo, confundido, y murmura:
“No sabía que mi debilidad… era mi fortaleza.”
Y me quedé con el café en la mano, pensando en cuántas veces nosotros —niños, adolescentes, madres, padres— nos hemos sentido así: fuera de lugar, incómodos con nuestra forma de ser, deseando ser “normales”… sin saber que eso mismo que nos hace diferentes, es también lo que puede hacernos extraordinarios.
Edison, una carta y una madre que creyó
Quizás conoces esta historia.
Quizás no.
Cuando Thomas Edison era niño, un día llegó a casa con una carta del colegio.
—Mi maestro me pidió que te la leyera —le dijo a su madre.
Ella la abrió, la leyó en silencio, y con lágrimas en los ojos le dijo:
> “Tu hijo es un genio. Esta escuela es demasiado pequeña para él y no tiene maestros capacitados. Por favor, edúquelo usted misma.”
Y así lo hizo. Lo educó en casa, creyó en él cuando otros no lo hicieron.
Años después, Edison, ya convertido en uno de los inventores más brillantes de la historia, encontró esa carta entre unas cajas. La abrió con curiosidad. Y leyó la verdad:
> “Su hijo tiene una deficiencia mental. No podemos permitir que siga asistiendo a esta escuela.”
Ese día, escribió en su diario:
> “Thomas Edison fue un niño mentalmente enfermo, cuya madre lo convirtió en el genio del siglo.”
¿Y si lo que más te duele es lo que más te distingue?
El niño que se distrae en clase puede ser quien más lejos imagine.
La adolescente que no encaja puede ser quien cree una nueva forma de pertenecer.
El padre que a veces se siente superado, tal vez sea quien enseña lo que es mostrarse vulnerable.
La madre que duda y se agota, quizá esté enseñando a sus hijos a escucharse de verdad.
En una sociedad que premia lo uniforme, ser diferente no solo duele…
A veces, duele mucho.
Pero también es ahí donde se encuentra el germen de lo que somos. Y de lo que podemos llegar a ser.

Padres, madres: no apaguen la chispa
No intentemos “arreglar” lo que hace único a nuestros hijos.
No maquillemos nuestras emociones por miedo a no parecer suficientes.
No caigamos en la trampa de la crianza perfecta, esa que nadie alcanza y a todos agota.
Nuestros hijos no necesitan una madre o un padre perfectos.
Necesitan adultos reales.
Que abracen sus propias rarezas, que celebren las suyas, que digan “yo también me sentí así”, “yo también dudé”, “y aquí sigo”.
Y ya que es verano… hagámoslo también emocionalmente
Sí, también es ir contracorriente.
Porque en esta época en la que las redes se llenan de fotos felices, muchas parejas se distancian, muchas familias se tambalean. El calor no solo derrite el asfalto: a veces también resquebraja los vínculos.
Así que este verano, hagámoslo emocionalmente:
No solo de viajes, sino de conversaciones.
No solo de fotos, sino de pausas.
No solo de huidas, sino de encuentros.
Aunque duelan. Aunque incomoden. Aunque ya no sepamos bien por dónde empezar.
Porque también es valiente querer salvar algo. O soltarlo con respeto.
También es valiente mirarse.
También es valiente decir: “esto soy. Con todo lo que me pesa. Y con todo lo que me sostiene.”
Al final del día…
Tal vez tú, o tu hijo, sois ese guerrero flacucho de Olaf.
El que tiembla, el que duda, el que siente demasiado.
Y quizás, algún día, en el momento más inesperado…
descubráis que esa diferencia era, en realidad, la mayor fortaleza.
> “No sabía que mi debilidad… era mi fuerza.”
📌 Si este texto te ha tocado alguna fibra, si estás criando desde la incertidumbre pero también desde el amor, compártelo.
📌 Y si este verano no te está saliendo “como en los catálogos”, recuerda: también cuenta. Y mucho.
Libros recomendados:
Saber que se puede. Irene Villa 5ª ed. Irenevilla.org
Lary. El tesón de una sirena. Lary leon. Ed. Plaraforma 2012
Me llamo Goa. Miriam Tirado. Ed.B de Block
Invisible. de Eloy Moreno
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