Ni 30 gramos, ni 12 horas, ni 5 comidas: tu bebé no es un robot
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 7 nov
- 6 Min. de lectura

No tienes tiempo: Te lo resumo...
Tu bebé no es una máquina de precisión.
No necesita 30 gramos exactos de proteína, ni dormir 12 horas seguidas, ni comer 5 veces al día.
Necesita rutina, vínculo y adultos con más calma que miedo.
La ciencia orienta, pero el sentido común cría.
👩⚕️ La escena que lo resume todo
Alejandra llega a la consulta con su hija de nueve meses: una niña sonriente, curiosa y con el apetito de quien ha descubierto que la comida también es placer.
“Doctor, me han dicho que no debo darle más de 30 gramos de proteína al día.Que no le dé cena, solo leche.Pero es que mi hija come mejor la carne que el resto de alimentos… ¿qué hago?”
Y ahí empieza todo.Una pregunta aparentemente simple que esconde el gran dilema de la crianza moderna:¿a quién hacemos caso?
Porque hoy criar es como intentar cocinar con veinte recetas abiertas a la vez.Todos opinan, nadie coincide.Y el miedo a hacerlo mal pesa más que el niño.
Lo que la ciencia y el instinto tienen en común
La ciencia nos da marco:
cuántas horas duerme un bebé promedio,
qué alimentos son seguros,
cuándo aparecen los hitos del desarrollo.
Pero el instinto —el tuyo— te dice cuándo algo no está bien en tu hijo,mucho antes de que lo confirme ninguna estadística.
La buena crianza no es ni “a ojo” ni “por manual”:es una alianza entre conocimiento y conexión. Ni criar a ciegas, ni criar con plantilla.
🤯 Los 10 dogmas modernos de la crianza
(y lo que la ciencia de verdad dice)
🍗 1️⃣ “No más de 30 gramos de proteína al día”
Este mito nació de un dato real… mal traducido.Las guías (OMS, ESPGHAN) recomiendan 1,1 g de proteína por kilo de peso y día, no “30 gramos para todos”.
👉 Un bebé de 9 kg necesita unos 10 g de proteína pura, lo que equivale a 50–60 g de carne o pescado.Y sí, puede comer más sin riesgo si su riñón es sano.
🔬 Referencia: ESPGHAN Committee on Nutrition, 2019.
Traducción práctica: no hace falta pesar el pollo, hace falta perder el miedo.
🍲 2️⃣ “No le des cena, solo leche”
Versión antigua de “deja dormir al estómago”.En realidad, el hambre interrumpe el sueño, no lo mejora.
A partir de los 9–12 meses, el bebé necesita ingestas sólidas regulares para cubrir energía y hierro.Una cena ligera (puré, tortilla, legumbres) es perfecta.
🔬 Referencia: WHO Infant Feeding Guidelines, 2021.
Traducción práctica: el sueño no mejora quitando comida, sino quitando culpa.
🌙 3️⃣ “Debe dormir 12 horas seguidas”
No, no es pereza: es biología.El sueño infantil es polifásico y madurativo.Las 12 horas son una media poblacional, no una orden.
👉 Despertarse es una función de seguridad, no un fallo.
🔬 Referencia: Mindell et al., Sleep Medicine Reviews, 2020.
Traducción práctica: si el bebé crece, juega y sonríe, duerme lo suficiente (aunque no te lo parezca a las 3:00 a. m.).
🎧 4️⃣ “El ruido blanco lo arregla todo”
Sí, el ruido blanco puede ayudar.Pero no es un hechizo: es un comodín sensorial.
A volumen bajo y durante unos minutos puede relajar.Toda la noche, no.A más de 50 dB o a escasos centímetros, puede interferir en la audición y en la autorregulación.
🔬 Referencia: Spencer et al., Archives of Disease in Childhood, 1990.
Traducción práctica: úsalo con cabeza, no como anestesia.
⏰ 5️⃣ “Debe comer cinco veces al día”
Esa norma la inventó un adulto con reloj, no un bebé con hambre.Los niños necesitan flexibilidad, no franjas horarias fijas.
Forzar comidas sin apetito altera la autorregulación y, a largo plazo, la relación con la comida.
🔬 Referencia: Birch & Ventura, Appetite, 2009.
Traducción práctica: no hay que comer por reloj, sino por cuerpo.
🧒 6️⃣ “Debe socializar pronto para no volverse tímido”
No, la timidez no se previene con guarderías precoces. La seguridad emocional predice mejor las habilidades sociales que la exposición forzada.
🔬 Referencia: Ainsworth & Bowlby, Patterns of Attachment, 1991.
Traducción práctica: mejor vínculo seguro que agenda llena.
🫂 7️⃣ “No lo cojas en brazos, que se acostumbra”
Por suerte, este mito está en fase de extinción.El contacto físico reduce cortisol y fortalece el apego,además de favorecer el desarrollo neurológico.
🔬 Referencia: Feldman et al., PNAS, 2014.
Traducción práctica: el amor no malacostumbra, regula.
🎨 8️⃣ “Estimúlalo mucho, que así será más inteligente”
El cerebro del bebé no necesita estímulos constantes, sino repetición y la sobreestimulación genera fatiga sensorial y dispersión.
🔬 Referencia: Shonkoff & Phillips, From Neurons to Neighborhoods, 2000.
Traducción práctica: menos juguetes, más juego compartido.
🚼 9️⃣ “Debe dejar el pañal antes de los 2 años”
El control de esfínteres no es entrenamiento, es maduración neurológica. La mielinización de las vías del control vesical se completa entre los 2 y 4 años.
🔬 Referencia: AEP, Guía de control de esfínteres, 2022.
Traducción práctica: no se enseña a controlar, se espera a que el cuerpo esté listo.
📱 🔟 “Un ratito de pantalla no hace daño”
Sí lo hace.En menores de 2 años no hay dosis segura de pantallas (OMS, AEP).Sustituyen mirada, lenguaje y exploración por estímulos pasivos. y revisar la entrada de hace 2 días...
🔬 Referencia: WHO Guidelines on Sedentary Behaviour, 2019.
Traducción práctica: el silencio y el aburrimiento enseñan más que cualquier vídeo.

🩺 Y entonces… ¿por qué los pediatras somos tan estrictos?
A veces lo pienso después de una consulta como la de Alejandra. Cuando doy una pauta que suena tajante y veo en la cara de los padres una mezcla de alivio y resignación.Y me pregunto si, sin querer, no estaremos criando más culpa que calma también desde el otro lado de la mesa.
🧠 1. Porque trabajamos con riesgo, no con teorías
Los pediatras vivimos en un terreno donde el margen de error es mínimo:no tratamos opiniones, tratamos niños.Y eso obliga a hablar desde la seguridad, incluso cuando la evidencia todavía tiene matices.
No decimos “no miel antes del año” porque seamos rígidos,sino porque una sola espora de Clostridium botulinum puede cambiarlo todo. No prohibimos, protegemos.
Pero a veces, en ese intento por evitar el riesgo, también apagamos la confianza.
⚖️ 2. Porque la ciencia necesita límites… pero la vida necesita matices
La pediatría moderna está construida sobre consensos, guías y protocolos.Y eso es bueno: garantiza equidad y seguridad.Pero lo que sirve para la población general no siempre encaja en la familia real.
Hay padres que necesitan estructura, y otros, espacio.Hay bebés que duermen 12 horas y otros que duermen 8… y ambos están sanos.
El reto es enorme: ser rigurosos sin volvernos dogmáticos.Porque cuando la norma se aplica sin contexto, deja de ser ciencia y se convierte en mandato.
💬 3. Porque los padres nos piden certezas… y la ciencia solo ofrece probabilidades
Muchas veces, los padres no quieren un número: quieren dormir tranquilos.Pero la ciencia no da tranquilidad, da rangos.Y para no dejarles en la incertidumbre, simplificamos.
Así nacen los mantras:“5 comidas”, “12 horas”, “30 gramos”.Fáciles de recordar, reconfortantes de escuchar… y peligrosos si se toman al pie de la letra.
La buena ciencia no es la que da respuestas rápidas,sino la que enseña a hacerse buenas preguntas.
🧬 4. Porque ahora el enemigo ya no es la enfermedad: es la desinformación
Hace unos años, el reto era el sarampión, la desnutrición, las infecciones.Hoy el enemigo es el exceso de información.Blogs, gurús, coaches del sueño, baby experts…cada uno con su método, su curso y su tabla “basada en evidencia”.
En ese ruido, muchos pediatras endurecieron el tono.Ser estrictos se volvió una forma de defender la ciencia.Pero lo cierto es que la rigidez también aleja:cuando los padres se sienten juzgados, dejan de escuchar.
❤️ 5. Porque detrás del pediatra también hay miedo
Pocas veces lo decimos, pero es verdad. Cada pauta, cada fiebre, cada decisión clínica tiene detrás la carga invisible del “¿y si…?”.Y el miedo a equivocarse empuja a algunos a refugiarse en la norma.
Decir “no se puede” es más seguro que decir “probemos y veamos”.Pero el buen pediatra —el que de verdad acompaña—sabe que la infancia no cabe en los protocolos, solo en las relaciones.
👷♂️ “Doctor, entonces, ¿a quién hacemos caso?”
A tu hijo.A su cuerpo, su mirada, su apetito, su sueño.Y a la ciencia que explica, no a la que dicta.
Haz caso al pediatra que te enseña a entender, no al que te da una fórmula.Y cuando dudes entre seguir una tabla o seguir tu instinto,mira a tu hijo: él ya tiene la respuesta que buscas.
Porque criar no es programar. Es ajustar, observar y amar con flexibilidad.
💬 Conclusión
Tu bebé no es un robot. No necesita que optimices su sueño ni que calibres sus comidas al milímetro.Necesita un entorno seguro, rutinas predecibles y adultos que respiren antes de actuar.
La ciencia nos da datos.El sentido común, dirección.Y el instinto, ritmo.
Si combinas los tres, no habrá algoritmo que lo haga mejor.
💬 Mi Mensaje final
Haz caso al pediatra que te explica, no al que te dicta.Haz caso a la ciencia, pero también al sentido común.Y sobre todo, haz caso a ese niño que te está diciendo, cada día, quién es y qué necesita.
Porque al final, no hay nada más científico que conocer bien a tu propio hijo.



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